Para Jack

¿Qué fue de aquel niño triste de unos bonitos ojos cielo? ¿Qué ocurrió de ese mundo imaginado por fantasías escritas en verso? Y dime, ¿qué fue de aquella madre descuidada que interesada cerraba los ojos sin querer mirar el presente? Y del verso nació el amor de mi vida. Y las pupilas se cruzaron y los corazones latieron. Y del vacío floreció el fruto. Y el fruto llenó la tempestad de hermosos globos de colores.

Sonríes y me llenas el alma de risa. Me abrazas y me tiemblan las piernas... y huelo tu ambiente y mi mente absorta deseosa de pasión contempla el placer del amar. Y es que Jack es un amigo, un fiel amante, y es que el versista libera la imaginación en una realidad olvidada.

Amo a Jack, es lo único capaz de complementar el alma perdida de una cría sumergida en llanto. Amo a Jack y la imperfección que lo define. Amo a Jack y la ternura de sus besos.

A Jack y para Jack;

 el versista que abstrae apasionadamente la esencia de mi misma.