Aquel viaje en tren inesperado, aquel solsticio de verano que llenaba mis pupilas de Sol. Y allá el reflejo de la luz en tus ojos. Ojos... pigmentos cristalinos que rellenan el estomago de la luna.
Mi mente un vuelco daba y el corazón como fuego chispeante, gritaba. El temblor de aquel día golpeó el suelo que pisaba. Pero allí, detrás de todo, tu sonrisa tan perfectamente imperfecta, sinuosa me esperaba. Y me puse feliz. Y sonreí al verte. Y al fin mi alma se descongeló [...]
Mi mente un vuelco daba y el corazón como fuego chispeante, gritaba. El temblor de aquel día golpeó el suelo que pisaba. Pero allí, detrás de todo, tu sonrisa tan perfectamente imperfecta, sinuosa me esperaba. Y me puse feliz. Y sonreí al verte. Y al fin mi alma se descongeló [...]
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