Mi foto
Vuelo desesperada por las galaxias infinitas de mí.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

A fuego en mi pensar

Me desperté aquella mañana. Una mañana cualquiera del séptimo mes de un año perdido en una etapa apasionada de mi vida. Tuve bastantes sueños encantados en aquellas horas que suele durar una mágica noche. Tuve ilusiones, las cuales, transparentes como las decenas de gotas de nuestra lluvia en el cielo, empaparon mis ojos. 
En la razón apareció el susto.
El pensar de mi mente nubló su pizarra de apuntes tersos; y yo, divertida y ardiente cambié mi dulce sonrisa de niña por un gesto amargo.
Canturreé mi canción favorita durante varias horas, es la canción más bonita del mundo. Y el tiempo que transcurría solo era mío. Mías eran las notas musicales que emergían de una garganta ya gastada por cada segundo del espacio. Veían mis ojos algún duende del ayer. Me contaba bastantes cuentos y comentaba aquel propósito mío de volver a conseguir lo perdido; lo cual suponía ambas partes de una belleza a la que yo no aspiraba. Su comentario ofendió una parte de mi ser. No hubo ninguna disculpa, no había cierto arrepentimiento en sus palabras. Simplemente brotó de sus gruesos labios una frase misteriosa, cuyas palabras describían las nubes como razón para creer. Costó a mi inteligencia asimilar lo dicho, pues cual niña incrédula, no lo podía suponer.
El susto desapareció de la razón.

Es por eso, por lo que aquella mañana, una mañana cualquiera del séptimo mes de un año perdido en una etapa apasionada de mi vida, el acto involuntario de mis párpados, despertó mi cuerpo y volví a ser yo. Sólo mi mente fue la que asimiló esas palabras que se grabaron a fuego en mi pensar.




No hay comentarios:

Publicar un comentario