Al envejecer, obtendrás el saber.

Sé de qué color es el campo.

Sé que tú eres mi mejor amigo.

Sé que pronto fallecerán las nubes del cielo. 

Sé que ya me devoran los nervios.

Sé, y por saber sé poco.

Y sé que en la sabiduría se encuentra el don del conocimiento. A veces insulto a la inteligencia, pero es ella la que el saber tiene.

El vivir.
El dolor.
El llorar.
El reír.
El querer.
El amar.
El sol.
El llover.
El día.
El rojo.
El gris.
El oír.
El ver.
El aspirar.
El conseguir.
El satisfacer.
El desear.
El morir.
El vacío.
El nacer.
El enfurecer.
El experimentar.
El saborear.
El respirar.
El crear.
El ilusionar.
El palpar.
El aprender.
El amanecer.
El envejecer.

Al fin mi mente se percató del error en los años perdidos de mi vida. Porque todavía no tengo lo que quería. Porque sigo siendo pequeña. Porque todavía no he vivido, porque no sé qué es el dolor; ni siquiera he llorado, ni reído. ¿Qué es el querer, el amar? Nunca he visto el sol, desconozco el llover y el alba del día. El rojo de la sangre, el gris del cielo. ¿Oír, ver? No tengo ninguna aspiración. El conseguir no quiero. La satisfacción no me acompaña. Deseo no es lo que siento. Así pues, olvida la muerte, nunca la he experimentado. Vacío en los cielos, nacimientos bajo Tierra. El oso de la caverna enfurecido otra vez y yo sin el miedo que jamás he experimentado. El sabor del aire que aun no existe. El respirar aroma profundo de su pensamiento. La creación en mis manos que nunca llega. La ilusión caída. Porque por palpar, todavía no he palpado. Aprender no quiero. Al amanecer, estaré envejecida.

Solo tú sabes qué es vivir. En ti está la sabiduría del morir.